La función de un amortiguador es conseguir un equilibrio entre máxima seguridad y confort. Su adecuado funcionamiento es esencial para el control de un vehículo, especialmente a altas velocidades y en situaciones de riesgo.
Los amortiguadores influyen directamente en el comportamiento de los frenos, la dirección y la estabilidad de un vehículo, por lo que su mal funcionamiento afecta de manera peligrosa a su comportamiento y a la seguridad de sus ocupantes. Forma además, junto con los frenos y los neumáticos, el Triángulo de la Seguridad del Automóvil.
El correcto funcionamiento de un amortiguador depende de diversos factores, como el estado de la carretera, la carga del vehículo, el kilometraje y efectos de desgaste como el frío, el calor y la humedad. En consecuencia, la acción de estos factores hace que el efecto del amortiguador se reduzca paulatinamente, hasta que deja de funcionar correctamente. Al no tratarse de un desgaste perceptible, el conductor ha de realizar revisiones periódicas cada 20.000 kilómetros.
Riesgos más comunes de
unos amortiguadores desgastados
Vibración del volante
Al ser los amortiguadores los responsables de una buena adherencia a la calzada, si están defectuosos, producen un bamboleo constante del volante, debido a que las ruedas rebotan
constantemente, pudiendo incluso despegarse de la carretera. En estos casos, el vehículo se comporta de manera imprecisa e inestable. Igualmente, unos amortiguadores desgastados producen el deterioro
de los otros elementos de la suspensión (muelle y barra estabilizadora) y rótulas.
Desgaste de los neumáticos y aumento de la distancia de
frenado
Los neumáticos son otros elementos que resultan perjudicados por su mal funcionamiento, llegando a desgastarse hasta reducir su vida útil en un 20%. Si se unen unos neumáticos
desgastados con unos amortiguadores en mal estado en el momento de frenado de un vehículo circulando a 100 Km./h., la distancia puede aumentar en 3 metros. Es aún más peligroso si el vehículo tiene
el sistema de frenado ABS, aumentando hasta 5 metros el recorrido de frenado. Esto es debido a que en estos casos, el neumático rebota y salta, perdiendo el contacto con el
asfalto.
Balanceo y deslizamiento lateral
Las curvas y los virajes bruscos son otras situaciones en las que se debe contar con unos amortiguadores en perfecto estado de mantenimiento, ya que aportan mayor seguridad. En
situaciones críticas, es fundamental mantener el control del vehículo y asegurar el agarre al asfalto. El balanceo, el desplazamiento lateral y la pérdida del rumbo del vehículo son efectos que
pueden corregirse si se tiene unos amortiguadores en perfectas condiciones.
Aquaplanning
Igualmente, el Aquaplanning, cuya causa es la mala adherencia a la calzada en situaciones de lluvia o pavimento húmedo, puede corregirse ya que se evita que se forme una película de
agua entre el neumático y la carretera.
Errores en los Sistemas de Seguridad
Actualmente, se ha generalizado el uso de sistemas de seguridad como el TSC y ESP, cuya función es actuar de manera automática en casos de inestabilidad, descontrol del vehículo,
etc. Si los amortiguadores no están en óptimas condiciones, el vehículo no actúa correctamente, por lo que estos sistemas malinterpretan las señales que emite el
coche.
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