No inicies el viaje si no has descansado lo suficiente, ya que tus reflejos y capacidad de reacción no estarán como en condiciones normales y porque, aunque al principio del trayecto no lo percibas, en poco tiempo comenzarás a resentirte.
Evita las rectificaciones de trayectorias tardías e imprudentes por miedo a coger atascos. Sigue hasta el próximo cambio de sentido aunque no sepas si está cerca o lejos.
No te pongas hora fija de llegada al destino, ya que si ves que no la vas a poder cumplir, tenderás a ir con prisa, lo que te llevará a incrementar la velocidad y realizar más adelantamientos.
No conduzcas bajo los efectos del alcohol ni de cualquier otra sustancia, ni siquiera en desplazamientos cortos y conocidos. Sigue la práctica de que "el que conduce, no bebe".
Señaliza correctamente el vehículo en caso de avería o accidente, manteniéndolo desalojado y evitando que los pasajeros estén próximos a la vía de circulación.
Realiza una correcta revisión y mantenimiento del vehículo durante todo el año, y realiza una adecuada colocación del equipaje en el mismo.
Distribuye bien la carga en el maletero, intenta no llevar más de lo necesario y no coloques nunca objetos sueltos en la bandeja posterior, ya que un frenazo los convertirá en proyectiles hacia los ocupantes del vehículo.
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