Miedo a conducir

No confíes en tu experiencia al volante ni en tu capacidad de respuesta... El exceso de confianza en el manejo del vehículo provoca graves accidentes.

 

Sé consciente en todo momento de los peligros que conlleva la conducción y de sus consecuencias. No manipules teléfonos ni dispositivos de navegación mientras estés conduciendo.

 

Realiza una conducción responsable. La conducción de un vehículo es una forma de movilidad y no una demostración de pericia al volante hacia ti mismo, tus compañeros o los demás conductores. Conduce con un volumen adecuado del sistema de audio. Un volumen excesivo genera distracciones y minimiza la percepción de las circunstancias de la circulación.

 

No conduzcas bajo los efectos del alcohol ni las drogas. Siempre hay una alternativa a la movilidad. Evita fumar mientras conduces.

 

Si llevas pasajeros en el vehículo:

 

No trates de impresionarles con tus habilidades al volante. Puedes provocar más temor que admiración.

 

Evita la distracción: procura no participar activamente en las conversaciones, por mucho que te interesen y evita entrar en discusiones. Mantén tus 5 sentidos en las circunstancias de la circulación: tienes una gran responsabilidad al volante.

  

Si circulas junto a otros vehículos conducidos por amigos o familiares:

 

Adecúa la velocidad a la experiencia del conductor más novel. Si tú eres el conductor más novel, circula tu ritmo, no al que te impongan.

 

Respeta las señales de circulación, aunque rompas el grupo. Si tus compañeros de viaje son responsables aminorarán la marcha hasta recuperarte.

Prevé que es posible que no puedas circular todo el tiempo tras ellos. Asegúrate de ser capaz de llegar al destino por ti mismo.

 

Si vas a comprarte un coche o motocicleta:

 

Asegúrate de que las características de éste son adecuadas al uso a que se va a destinar y a tu experiencia en la conducción. Procura que el segundo factor de decisión, tras el presupuesto, sea la seguridad que te ofrezca.

 

Si el vehículo es usado, presta especial atención al estado de mantenimiento del vehículo: estado y presión de neumáticos, estado de amortiguadores, sistema de alumbrado. Un mal estado de mantenimiento provoca una mala respuesta del vehículo ante maniobras imprevistas.

 

Tras un accidente:

 

No tengas miedo a volver a conducir, sólo extrema la precaución. Trata de aprender de los errores: Analiza la conducta que provocó el accidente, intenta enmendar tu estilo de conducción y procura no olvidar: la mejor forma de aprender es analizar el error. Analiza si las condiciones de mantenimiento del vehículo eran las adecuadas.

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